Pues porque no, y punto. Hoy no quieres ir a la oficina. Mira, te has levantado cruzado y no tienes ganas de ir.
- No tienes ganas de levantarte 2 horas antes de entrar.
- No tienes ganas de coger el coche, con el frío que hace hoy, y pasarte la siguiente hora y media en la maldita caravana arrancando, parando, arrancando, parando…
- No tienes ganas de estar media hora más buscando algún agujero donde meter tu pequeño utilitario, y vigilando siempre que no salga más de tres centímetros por si los amigos de la grúa deciden que tu coche estará mejor guardado en sus almacenes.
- No tienes ganas de salir por la tarde y tener las mismas sensaciones de la mañana pero el sentido contrario.
Pero lo que si tienes son ganas de empezar a trabajar.
Pero trabajar desde otro sitio, en silencio, en chándal y zapatillas (ante todo no hay que perder el glamour).
Porque sabes que de vez en cuando un poco de tranquilidad lejos del bullicio de la oficina es bueno para todos, sin teléfonos que no cesan de sonar, sin compañeros que no paran de preguntar, sintiendo que acabas toda aquella lista de tareas pendientes desde ya ni sabes cuándo.
Dile a tu jefe que hay otras formas de trabajar sin tener que ir a la oficina. Otras formas mucho más productivas y sin limitaciones. Y trabajando de la misma forma que cuando vas a trabajar.
Además, tu jefe será el primero que querrá trabajar desde casa. Simplemente hay que probarlo y no hay marcha atrás. La empresa cloud ya puede trabajar en remoto.
Coge el teléfono y llámalo. Hoy vas a trabajar desde casa.